El 1 de abril de 1959 y durante la inauguración del Valle de los Caídos, se repartió un pequeño libro de reducida tirada (tan sólo 250 ejemplares) a las autoridades del Gobierno, miembros del cuerpo diplomático, dignatarios extranjeros y autoridades eclesiásticas que asistieron al evento.
La ADVC cuenta entre sus archivo bibliográfico uno de esos ejemplares que uno de sus socios donó para su estudio e interpretación, después de varios años de búsqueda incansable de ese documento en librerías, bibliotecas y anticuarios.
Este documento se llamó: «NOTA INFORMATIVA SOBRE EL VALLE DE LOS CAÍDOS»
Ese definitivo documento, y a modo de preámbulo, dice lo siguiente:
«En febrero de 1936, el Frente Popular se hace con el poder siguiendo las directrices del Komintern (VII Congreso de Moscú) y el Gobierno republicano español se ilegitima por sus procedimientos: amparo de las fuerzas desintegradoras nacionales (movimientos separatistas de Cataluña, Vascongadas y Galicia), abandono del orden público y persecución de la oposición.
Se preparaba la revolución marxista, permitiéndose desmanes constantes. He aquí la estadística de los excesos cometidos impunemente: 160 iglesias destruidas; 257 templos asaltados; 269 muertos y 1287 heridos en atentados sociales; 181 centros políticos destruidos o asaltados. La anarquía social y la subversión de valores llega al máximo con el asesinato del jefe de la oposición parlamentaria Calvo Sotelo (13 de julio), anunciado y preparado por el propio Gobierno republicano y ejecutado por las fuerzas de Seguridad y Asalto pertenecientes al Ministerio de la Gobernación.
Este quebrantamiento sustancial de los compromisos constitucionales con la Nación produjo la quiebra del Estado Republicano llegando a no haber ni Estado Ni Constitución en vigor real.
Por ello, el Ejercito en cumplimiento de las misiones que le atribuye su Ley Constitutiva de 1878 –“defender a la Patria de enemigos exteriores e interiores”- y su Ley Organica de 1889, “mantener la independencia e integridad de la Patria”, asumió la defensa de los intereses nacionales el 18 de julio de 1936 en un Alzamiento Nacional, asi calificado por contar con el apoyo y asentimiento de mayoritario del pueblo español.
El Alzamiento Nacional y la Guerra de Liberación que le siguió y que fue y es reconocida por la jerarquía eclesiástica católica como autentica Cruzada, es la expresión histórica de la voluntad de pervivencia y vida organizada del pueblo español que, bajo la guía de sus instituciones militares y la doctrina del Movimiento , que unió en aquellos momentos a los españoles en su combate al marxismo y al comunismo defendió el sagrado patrimonio de sus tradiciones y el ejercicio de su soberanía como unidad política de su personalidad y destino propios dentro del concierto de las naciones libres.
A todos los que cayeron durante la guerra se dedica el homenaje de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.»
4 commentarios
Ciuredhal · 20 febrero, 2012 a las 9:54
Hermenegildo, te lo dejaron bien claro Guripa y linares en sus comentarios de ayer 11 de febrero.
Hermenegildo · 12 febrero, 2012 a las 1:20
Sigo en mi papel de abogado del diablo; ¿fueron las palabras de Franco en la inauguración del Valle así de explícitas sobre la reconciliación?
Gece · 11 febrero, 2012 a las 22:35
¡Qué hermoso es esto!. Palabras de verdad frenta a tanta mentira y hasta estupidez con las que nos aturden a todas horas y van sembrando rencores y falseamientos sin límite.
En fin, una alegría más desde aquí. Muchas gracias.
Guripa · 11 febrero, 2012 a las 21:49
Creo deber de todo español de bien suscribir las razones del Alzamiento Nacional, al mismo tiempo que creo que todo aquél que defienda la actuación del Frente Popular, ilegitimando el régimen entonces vigente de la Segunda República con sus actos ilegales e inhumanos, es un español indigno.
Ahora, y unos por sectarismo pero otros por cobardía, lo políticamente correcto es condenar el Alzamiento Nacional y declarar al Frente Popular modelo de legalidad y ejemplo de libertades. Sin embargo la Historia nos dice todo lo contrario. Estas son las razones que han engendrado la ley de memoria histórica, un burdo intento de mentira histórica que sólo ha calado en las mentes más inanes y en los espíritus más rastreros.
Estos tiempos de indignidad y deslealtad para con los auténticos constructores de la paz, la convivencia y el progreso pasarán y entonces muchos de los que hoy se autoproclaman antifranquistas y demócratas renegarán de su comportamiento, escudándose tras las más abyectas excusas. La historia del mundo está llena de ejemplos de esto.
Gloria y honor a los héroes españoles.