Estamos de acuerdo en que hay un largo que camino que recorrer. Estamos de acuerdo en que la situación económica es más que delicada, pero precisamente por eso, y ahora hablamos del Valle, se hace necesario y obligatorio que el Valle de los Caídos comience a recuperar su vida, y esa vida la da el turismo, además de la afluencia de fieles a los oficios religiosos. Desde que el Sr. Rajoy ganó las elecciones de noviembre se han dejado de percibir en el Valle de los Caídos en concepto de taquillaje, una cantidad nunca inferior a los 350.000 euros. Cantidad más que necesaria para dotar a las monumentales edificaciones del Valle, de una adecuado mantenimiento de una vez por todas.
Insertamos aquí un corte del telediario de la nocha de Intereconomía del dia de ayer 11 de enero.
1 comentario
Guripa · 13 enero, 2012 a las 8:30
Hay muchas cosas pendientes en el asunto del Valle de los Caídos.
Las labores de mantenimiento y conservación deben retomadas a la mayor brevedad. El problema económico es una realidad, pero también lo es que hay infinidad de partidas presupuestarias innecesarias e ilógicas, asignadas por los indecentes socialistas tras perder las elecciones (el cine lésbico en Sudamérica o los problemas de los hipopótamos en no sé dónde, por ejemplo) que deben ser reasignadas ya mismo. Personalmente no acepto que se me suba el IRPF para imbecilidades propias de degenerados e ignorantes.
Los servicios anexos de hostelería (cafeterías, tienda de recuerdos, guías y audioguías, funicular, …) deben ser reabiertos al público y empezar a generar ingresos. Además de un derecho legal es una urgencia económica.
La restauración de La Piedad no puede esperar ni un día más. Es una escultura imprescindible que reclama a gritos ser reconstruida de los destrozos socialistas.
No podemos nunca olvidar ni dejar de lado otro tipo de cuestiones básicas y de la máxima importancia, cuales son las responsabilidades administrativas, civiles y penales de los responsables de la persecución salvaje y el ahogamiento económico sobre el Valle de los Caídos. Todos aquellos individuos, organizaciones y funcionarios que han contribuido a ello deben pagar las consecuencias de sus actos. El perdón cristiano no está en conflicto con la penitencia ni con la reparación a las víctimas, y este asunto exige ejemplaridad. No olvidemos que también se prohibió el culto católico en la basílica, lo que es un delito contra la libertad de culto, delito que se añade a los anteriores y posteriores.
Hay que aclarar de dónde salieron los fondos para financiar la comisión de sectarios, porque huele a malversación de caudales públicos desde lejos.
Hay infinidad de asuntos que esclarecer a fondo, pues no podemos consentir que toda esa gentuza se vaya de rositas después de lo que han hecho. Debemos buscar un escarmiento ejemplarizante para todos los que se palnteen en el futuro atacar el patrimonio histórico, cultural y religioso, y también a los que pretendan atacar a la religión católica, mayoritaria en España a pesar de la izquierda anticlerical y antiespañola.
Todo esto no debe impedirnos estar atentos a los movimientos del PP y exigirles que cumplan con la reparación de los daños causados al Valle y a la economía de la zona, que no ha sido pequeño. No podemos confiar en ese partido político mientras no veamos signos claros de sus intenciones al respecto. Ya hemos visto cómo han hecho lo contrario de lo que decían antes con los impuestos o con los representantes de los asesinos etarras en las Provincias Vascongadas. Tampoco podemos confiar en la transparencia de la Conferencia Episcopal Española, pues su comportamiento para con los monjes benedictinos, los fieles y el propio monumento no han sido, ni mucho menos, ejemplares en todo este tiempo. Los chalaneos entre políticos de corbata y políticos de sotana no son escasos.
Creo que la situación sobre el Valle dista aún de ser la normal y debemos permanecer atentos y preparados para cumplir con nuestros objetivos fundacionales.