¿Deberían llevar al Papa a la Basílica Pontificia de la Santa Cruz del Valle de los Caídos?

Sábado 06 de agosto de 2011

Dedicado a Victoria Prego, a Alfonso Arteseros y a la Comunidad Benedictina.

Yo conocí la existencia de la basílica y del gran monumento de la Cruz de los Caídos de Cuelgamuros en 1959, en mi primer viaje a Francia para aprender francés. Católicos franceses visceralmente antifranquistas, en su última visita a España, habían ido a visitar el monumento de Juan de Ávalos y habían quedado admirados. Decían que aquella obra de reconciliación de las dos Españas, en cierta medida, les había reconciliado con Franco, al que seguían considerando «Dictador», pero al que habían empezada a admirar por sus obras de regeneración de una España nueva y mucho mejor que la de «charanga y pandereta».

Viviendo en Madrid, ya casado y con una hija, fui al Valle, como fui a Loeches, dirigido y aleccionado por un compañero maestro en el Colegio Fatou de Pueblo de Vallecas que era, además de excelente maestro, culto, conocedor de la Historia de España, republicano sincero, antifranquista sin pizca de resentimiento ni odio a los de derechas, él que había sufrido en su familia persecución, decía, idéntica a la expuesta en la famosa película de Carlos Saura «La prima Angélica».Eran los años 74 y 75, aún vivía Franco y ya nadie, ni los perdedores de la guerra como mi amigo y compañero, le odiaban.

Sólo queríamos todos evolucionar hacia una democracia, que ya se anunciaba y que el Rey, puesto por él, quería instaurar como Rey de todos. Había dos amenazas capitales: 1.- la parte, «más franquista que Franco», del Ejército, de los instalados en el Régimen (muchos de ellos padres y abuelos de los actuales «antifranquistas viscerales» , incluidos algunos ministros socialistas y altos funcionarios de Justicia); 2,- el terrorismo de ETA. Con los militares revoltosos, los del 23F del 81 acabamos todos los demócratas españoles, el Rey, algunos de los políticos demócratas convencidos y, una vez en el poder, la maestría del ministro catalán (tan incombustible como Rubalcaba) y socialista, ex alcalde de Barcelona, Narcís Serra. Con la ETA aún no hemos acabado, porque el malvado e incombustible Rubalcaba ha pasado de combatirla cilegalmente con los GAL a rendirse ante ella con los pactos secretos actuales.

Yo creo que deberían llevar al Papa Benedicto XVI (ya que pasa por la puerta, para ir al Escorial) a visitar la Basílica Pontificia por diversas razones. Deberían invitarle al alimón Zapatero y Rajoy, para demostrar que, en esto, están unidos y no van a usar ni a Franco, ni al Valle ni a la Religión Católica como moneda de lucha electoral. ZP podría aprovechar para dar al Papa en la Basílica de la Santa Cruz el honor y respeto que le negó en el anterior viaje, cuando hizo la patochada de despedirle en un hangar del aeropuerto, como si le diese vergüenza tratar con el dirigente más honrado y el intelectual más brillante del mundo actual que, además, es Jefe de un Estado que no tiene Ejército evaluable ni amenaza a nadie con «sus divisiones»: ni a Libia. Si se lo pidiese Obama, seguro que lo haría sin rechistar: Sería la Conjunción Planetaria.

Deberían invitarle todos los alcaldes de la comarca para demandar de todas las autoridades españolas (civiles y eclesiásticas) que se acabe con la persecución soterrada a esa comunidad que es, al menos, tan respetable como la de Silos, Montserrat, Solesmes o Montecassino. Eso permitiría la vuelta de los innumerables turistas que visitaban este precioso monumento por varias razones: Unos iban por Franco, otros por José Antonio, otros por Juan de Ávalos; pero la inmensa mayoría sólo porque les gustaba la grandiosidad y belleza del lugar, la preciosidad de la Cruz y las esculturas de un artista de izquierdas, o por la belleza de la liturgia de la Misa y de los cantos gregorianos. La inmensa mayoría por la belleza de los cantos de los niños del coro angelical que canta incluso mejor que el coro de los niños de Montserrat, que ya es decir. El Rey hizo enterrar a Franco en ese lugar. Paz, Piedad, Perdón. Los Príncipes podrían recibir al Papa en esta magnífica Basílica Papal. Nos gustaría a millones de españoles.

http://www.diariocriticocv.com/opinion/columna/angel-fabregat-i-pitarch/4982.html