Ya tenemos nuevo tonto en el tontódromo… después de Maria Antonia Iglesias, es Carmelo Encinas quién decide hablar sobre el Valle de los Caídos, sin duda espoleado por los ánimos destructores del gobierno del Sr. Rubalcaba (Zapatero ya no está). Se me ocurriría preguntarle al Sr. Encinas que opina de su artículo su señor suegro que fue y sigue siendo un gran periodista, colaborador infatigable del Presidente Arias Navarro y autor entre otros muchos discursos del histórico y famoso «Franco ha muerto» del presidente Arias ante las camaras con el país entero en vilo.

Reproducimos aquí el artículo de Carmelo Encinas publicado en El País de fecha 02 de julio de 2011. Ruego que los comentarios que se deriven de la lectura del artículo mantengan la exquisita educación que se ha hecho frecuente en este foro.

Un saludo

 

El futuro de Franco

Fui con 10 años al Valle de los Caídos. Allí me llevaron mis padres sin ánimo alguno de adoctrinamiento político ni religioso. Al margen de lo que pensaran, tuve la suerte de ser educado sin fanatismos ni rencores. Al Valle de los Caídos fuimos de excursión, con la barra de pan y la tortilla de patata, para subirnos a aquella cruz grandota que se veía desde Madrid. Aún recuerdo la impresión que me causaron esas figuras bíblicas ciclópeas con cara de mala leche que erigió Juan de Ávalos. Imposible olvidar aquella terrible Piedad de aspecto fantasmagórico que, más que inspirar dulzura y conmiseración, acojonaba.

Cuando entré en la basílica me sentí un pigmeo. Pensé entonces que aún no había crecido lo suficiente, pero cuando volví de mayor con mis hijos, comprendí que la arquitectura del templo trataba deliberadamente de hacer pequeños a los hombres. Sin duda, esa fue la intención de los que manejaron tales proporciones para satisfacer a quien pretendió levantar algo gigantesco que le trascendiera. Porque no hay duda de que el Valle de los Caídos es, por encima de cualquier otra, la obra de Franco. Miles de hombres picaron piedra durante 19 años para darle ese gustazo. Casi dos décadas sin escatimar los recursos y esfuerzos que tanto demandaba para otros fines aquella España misérrima.

Sesenta años después no se sabe muy bien qué hacer con el engendro. Nadie, ni siquiera Felipe González, quiso hincarle el diente y, ahora que Zapatero está en las últimas y su Gobierno vive las horas más bajas, se les ocurre proponer un replanteamiento del mausoleo. Difícil tarea para los 10 componentes de la comisión nombrada al efecto. Difícil porque cualquier cambio, por razonable que sea, encontrará la queja desabrida de la derecha más gritona y de los neonostálgicos del franquismo, últimamente tan crecidos. Lo que más les enciende es que se plantee la posibilidad de sacar de allí los restos de Franco. Pocas cosas me tienen más sin cuidado que la ubicación de esos huesos. Bastante le padecimos en el pasado como para que nos altere su futuro.

Puedo entender, sin embargo, que esa tumba levante ampollas entre los familiares de aquellos republicanos cuyos restos levantaron de las fosas comunes para meterlos allí. Nadie les pidió permiso y, aunque en principio no estaba previsto llevar restos del otro bando, Franco cambió de opinión cuando las viudas de los caídos del lado nacional se negaron a mover a los suyos de los cementerios locales y el Valle se le quedaba vacío.

Creo que ni a José Antonio Primo de Rivera le hubiera gustado compartir el subsuelo del altar mayor con los huesos de Franco. Quienes les conocieron cuentan que nunca se cayeron bien. Si los muertos hablaran seguro que algo diría de cómo el generalísimo aprovechó su ausencia para apropiarse de la Falange y manipular groseramente su ideario para proporcionar un armazón político al golpe militar. Pero los muertos no hablan y a Franco en vida nadie tuvo los huevos de preguntarle si prefería que le enterraran en el Valle o en el panteón del Pardo que adquirió años antes de morir. Que se sepa, él tampoco se pronunció al respecto y solo el arquitecto de la basílica creyó entenderle, al concluir la construcción, que aquel podría ser su lugar de reposo.

En realidad, no tuvo mucho sentido que lo enterraran en un monumento destinado a los caídos de la guerra muriendo 40 años después en una cama de La Paz. Con todo, lo más inadmisible no es dónde esté enterrado Franco sino el que aquello siga siendo un parque temático de la dictadura. Un lugar de culto y peregrinación del totalitarismo para mayor gloria de quien secuestró las libertades de los españoles. Eso es lo que ha de cambiar y para ello no se necesita mover una sola piedra. Basta reinterpretarlo desde la democracia y la conciliación. Hacer del Valle un auténtico memorial en el que se recuerde a las víctimas de ambos bandos y el drama de una contienda que nunca debió pasar. Que quienes suban allí tengan muy claro que esa mole de granito es Patrimonio Nacional no Patrimonio Ultra y que el cuerpo que acoge esa tumba del altar mayor no es el de un santo sino el de un dictador. Igual en esas condiciones la familia Franco prefiere llevárselo a El Pardo.

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6 commentarios

Antonio Aure' · 5 septiembre, 2011 a las 11:28

Este personaje no merece perder el tiempo con el simplemente decir que mercenarios de la pluma traidora y revolucionaria no merece ser leída por nadie. En cuanto tocar el valle de los caídos tengo 66 años pero moriría defendiendo la memoria y patrimonio de todos los ESPAÑOLES si así hiciera falta.

alonso c · 26 julio, 2011 a las 16:51

No hay duda, de que este individuo, escribe muy bien bajo al parecer la influencia malevola del MALIGNO.
Es demasiado largo su articulo para demolerlo en pocas líneas con razones contundentes. Sin embargo, lo tenemos que aprovechar cuando nos considera «como queja desabrida de la derecha más gritona de los nostalgicos últimamente tan CRECIDOS». Me gusta esta valoración, que encierra una enorme impotencia intelectual de su discurso perverso y rencoroso a la par de tenebroso ante la limpia voluntad de los hijos de Dios Nuestro Señor de no ceder ante los ataques avalados por «Lucifer», que en su articulo parece prepararle un negro catafálco para su inmerecido descanso. Sigamos gritando sin dejar un día nuestra indignación por la agresión de los rencorosos al Valle, pues parece que les asusta nuestra firmeza a la vista de lo leido en «El Pais». Pero no olvidemos, que Dios Nuestro Señor en su Misericordia Infinita, puede llegar a perdonar a los que así ofenden la Cruz de su martirio si se arrepienten.

Jose Luis Sayos del Castillo y Cardona · 8 julio, 2011 a las 11:52

A Encinas, que no Sr. porque no lo es, lo he tenido que soportar en el programa de Isabel Sansebastian «Alto y Claro» programa que ya no sintonizo por culpa de las «Vulgaridades» izquierdistas y demagogicas que dice «Carmelo» que no Don. porque Don. es un tratamiento Nobiliario y un «vendido» co es Carmelo Encinas, desde luego no conoce la Nobleza ni por las peliculas.

Atentamente

Jose Luis Sayos del Castillo y Cardona

Guripa · 3 julio, 2011 a las 17:37

Resulta cansado estar rebatiendo continuamente a los necios, que son mayoría siempre. El papel que este verdadero pigmeo de la actualidad (lo siento, el calificativo es suyo y cada uno se siente como quiere o, en este caso, como lo que no le queda más remedio) juega en la prensa y en la televisión es el reflejo verdadero del papel de la izquierda en la política. Están ahí para ensuciar, es su propia naturaleza.

Hace muy bien Pablo en traer a colación el origen familiar de otro de estos antifranquistas sobrevenidos. Antes, todos ellos, pareceían vivir mucho mejor, con la plena libertad y posibilidad de ir a la universidad, aquella universidad fundada por el Cardenal Cisneros, un católico, ! nada menos !. No parece razonable sentirse perjudicado por quien en el pasado permitió, incluso a tanto demócrata como hoy dicen que son, beneficiarse de unos progresos sociales que debían estar reservados sólo para unos cuantos hijos de fascistas, como ahora llaman a sus propios padres. Seguramente entonces éstos o no eran tan demócratas o no eran tan tontos como hoy.

Todo lo que este miliciano del micrófono ha relatado sobre el Valle de los Caídos es mentira. Èl bien lo sabe, pero cobra por ensuciar y mentir, como buen progre vividor. Las opiniones vejatorias que ha excretado sobre la calidad artística del monumento le retratan como un ignorante integral y un torpe comunicador, croupier de tópicos baratos para memos, pero, teniendo en cuenta la calidad humana y moral de su auditorio, qué se puede esperar.

A esta chusma hay que callarla con la verdad y con documentos. Aquí se les calla a diario. Todos los relativos al Valle son conocidos y están a disposición de quien quiera consultarlos. Hay otra forma de callarlos, la que ellos están deseando utilizar para apagar la voz de quienes defendemos la verdad, pero no merecen tan bajos métodos. En el fondo, todos ellos son unos pobres desgraciados. Seamos compasivos y recemos porque el sentido común les haga una visita.

Amparo · 3 julio, 2011 a las 10:47

Creo que este señor se debe sentir un pigmeo en cualquier lugar ya que su nivel intelectual deja mucho que desear.El «engendro» no es un mausoleo como las pirámides para enterrar a su Faraón,es un Templo católico al que se va a rezar y si tanto miedo le produce ver a la Piedad lo tiene muy fácil,no vuelva a poner los pies en el Valle de los Caídos.

Virginia · 3 julio, 2011 a las 7:18

Sr Encinas, ¿qué es para usted un parque temático? De veras que no entiendo cómo puede decir eso. ¿Qué es para usted el totalitarismo? Creo que no lo sabe.¿Y de la libertad de qué españoles está hablando?. Porque para usted «la derecha gritona» no son españoles al parecer.Por favor,no blasfeme usted respecto de las imágenes que allí se veneran , y de esos espacios tan grandes que son sagrados y que efectivamente evocan la grandeza de Dios frente a nuestra pequeñez.

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