Benito nació en el año 480 en Nursia, en la región de Umbría (en la actual Italia), tras la caída del Imperio Romano, murió en Montecasino en 543. Viendo la degradación de Roma se marchó. Vio con claridad que Dios le pedía que abandonar el mundo y comenzó su vida de ermitaño, viajando a Subiaco. Comenzando así su vida monástica, de ahí que haya sido el iniciador de la vida monástica en Occidente y venerado como santo por las Iglesias católica, Iglesia ortodoxa y luterana. Estableció los monasterios como autosuficientes, organizados en torno a la Iglesia de planta basilical y el claustro.